Un cuento de Navidad con Alma

5 diciembre 2025
Tres películas navideñas para brindar con Alma Atlántica
Tres películas navideñas para brindar con Alma Atlántica

La Navidad no empieza cuando las calles se llenan de luces, o cuando los turrones y revistas de juguetes aparecen en las tiendas.

Empieza cuando, en una tarde fría de diciembre, abrimos la caja de los adornos que lleva un año guardada y la casa se llena de recuerdos: la estrella que nunca queda recta, la bola que compraste en aquel viaje, la guirnalda que siempre aparece misteriosamente enredada…

Ese es el primer capítulo del cuento. El salón a medio camino entre el caos y la magia, una playlist navideña y una copa de Alma Atlántica Albariño brillando con su frescura cítrica. Sus burbujas marcan el ritmo de ese momento íntimo: el de preparar el escenario donde ocurrirán las cosas verdaderas. Porque mientras decoras, sin darte cuenta, vas abriendo espacio para la Navidad.

El segundo capítulo llega con los reencuentros: las maletas que vuelven a casa, amigos que regresan por unos días, los abrazos que rompen meses de distancia, familia que vuelve a llenar la mesa, conversaciones que se retoman como si nunca hubieran pausado.

Ahí es donde brilla Alma Atlántica Mencía Rosé. Su dulce color rosa palo y sus notas a frutas rojas encajan con la emoción de brindar por lo que importa: por estar juntos, por volver, por todo lo que se comparte cuando apenas se necesita decir nada. Es la copa que acompaña las risas que explotan sin aviso, los brindis improvisados y la alegría de volver a reencontrarse.

Y después llega la mañana del 25. La casa huele a tostadas recién hechas, la emoción de abrir los regalos, las risas que empiezan con el amanecer... Es un momento espontáneo y lleno de ternura. Y Alma Atlántica Sin encuentra aquí su sitio perfecto: fresco, chispeante y libre, para quienes quieren brindar sin reloj ni reglas.

Es el capítulo más auténtico, ese en el que nada está preparado y aun así todo encaja. Donde lo que importa no es el plan, sino la compañía.

Porque la Navidad es una suma de capítulos en una historia de magia y de luz; rituales que repetimos con el objetivo de compartir esa magia con nuestros seres queridos.  

Y este año, cada uno de esos momentos puede vivirse con más alma, más luz y más burbujas. Con la frescura del Albariño, la dulzura del Rosé y la libertad del Sin, cada momento se convierte en un capítulo más de este cuento que esperamos todo el año.

Una Navidad que no solo se celebra.
Una Navidad que se siente.
Una Navidad con Alma.